Flores comestibles

Como su propio nombre indica, son flores que podemos comer y consumir con total seguridad, y que potencian el sabor de nuestros platos y recetas. Hay varios tipos de flores comestibles como las capuchinas, que son picantes; la flor de la calabaza, que tiene un sabor dulzón; la lavanda o las rosas entre otras.

Hay que tener mucho cuidado, porque no todas las flores son comestibles. Además, dentro de las que si podemos comer, hay algunas que están destinadas al uso exclusivo de viveros y floristerías, como es el caso de las rosas. Por lo que, es muy importante comprar aquellas en las que se nos asegure que son aptas para uso alimentario, como las que tenemos a la venta en nuestra tienda online.

Añadir a nuestros platos flores comestibles, hace que añadamos un plus de sabor a esas recetas que ya están emplatadas y listas para comer. Además, también hace que nuestras comidas sean más atractivas y divertidas a la vista. Con las flores comestibles podemos añadir un toque sazonador, con matices. Pero no sólo eso, además muchas de las flores comestibles que podemos emplear en la cocina, tienen nutrientes como las vitaminas del grupo A y B, también cuentan con betacarontenos, licopenos, fitoquimicos y polifenoles.

No obstante, comemos más flores comestibles de las que nos creemos. Verduras como la coliflor, el brócoli, la alcachofa o el azafrán, son en realidad flores.

Debemos escoger las que tengan mejor estado y tengan buen olor. Antes de colocarlas sin más en el plato debemos revisarlas cuidadosamente y desechar los estambres, tallos la base blanca y los pistilo, que suelen tener un sabor más bien amargo.

Hay que lavarlas con agua fría y secarlas muy bien y con cuidado con papel absorbente. También podemos secarlas hacia abajo para que poco a poco escurran. 

Es importante tener en cuenta que las flores comestibles no deben conservarse durante mucho tiempo. Lo mejor es guardarlas en la nevera, pero estas no aguantarán en buen estado para su consumo mucho más de una semana.